miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿Por qué Dios permite que algunos nazcan con defectos físicos?


Si existe un Dios, ¿por qué permite que algunas personas nazcan con defectos físicos?

Esta es una pregunta legítima que millones de personas se han hecho a lo largo de la historia, y que la mayoría tan sólo lo acepta sin saber por qué.

La Biblia que es la Palabra de Dios, nos enseña porque Él permite que eso suceda.

En el evangelio de Juan, capítulo 9, hay un evento en que Jesús observa a un hombre ciego de nacimiento, y los discípulos de Jesús le preguntan a Él si tal condición de ceguera había sido como consecuencia del pecado de él mismo o de sus padres. Jesús les dice: “Ni él pecó, ni sus padres...” Juan 9:3a.

 En el antiguo Israel, se creía que el defecto físico de nacimiento era el resultado de un pensamiento pecaminoso del niño antes de nacer, y también porque sus padres habían pecado, y esto último por una mala interpretación que ellos hacían a la ley de Moisés (Éxodo 20:5). Ninguna de las dos ideas eran ciertas.

Entonces, ¿esto significa que Dios no tiene el control de todas las cosas?, o ¿se complace en crear seres humanos con defectos físicos? No, Dios tiene el control de todo y no se complace en crear a seres humanos con defectos.

Observa lo que Jesús les respondió a sus discípulos: “—Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.” Juan 9:3. Esa es la respuesta que la Biblia nos da del por qué permite que eso suceda. En otras palabras: DIOS LO PERMITE, PORQUE ÉL QUIERE OBRAR EN LA VIDA DE ESA PERSONA.

¿Eso significa que Dios obrará de todas maneras en todas las personas con defectos físicos? No, de ninguna manera. Hay una condición para que eso suceda; y para saberlo ahora analicemos que pasó con ese ciego.

La Biblia dice que Jesús: “…escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego, diciéndole: —Ve y lávate en el estanque de Siloé (que significa: Enviado). El ciego fue y se lavó, y al volver ya veía. Juan 9:6-7. Observa que el ciego fue “obediente” e hizo todo sin saber por qué lo hacía. La Biblia no dice que Jesús le prometió al ciego que iba a ver. Tan solo él obedeció. Jesús pudo darle la vista sin necesidad de darle el trabajo de caminar a tientas hasta ese estanque. Ese hombre solo obedeció; y al final pudo ver. No le argumentó a Jesús diciéndole: ¿Para qué el barro? ¿Por qué me envías a ese estanque en mi condición? o cosas similares. El ciego simplemente obedeció. Si no hubiese obedecido, entonces Dios no hubiera obrado en su vida.

Otro ejemplo en la Biblia sucedió con Moisés:

Cuando Dios se le apareció a Moisés en la zarza ardiente, le dio la orden de que vaya al faraón para pedirle que libere al pueblo hebreo. Moisés le dijo a Dios que no podía hacerlo porque era tartamudo. Se entiende que para Dios eso no podía ser novedad. Fíjate lo que Dios le contesta: “— ¿Y quién le puso la boca al hombre? —le respondió el Señor—. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita? Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir.” Éxodo 4:11-12.

Dios quería obrar en la vida de Moisés a pesar de su defecto físico; pero, la condición fue la OBEDIENCIA. Si Moisés no se hubiera puesto en marcha, Dios no hubiese obrado en la vida de Moisés. La obediencia a Dios es confiar plenamente en Él, a pesar que pueda ir en contra de nuestra voluntad, o parezca no tener sentido.

Si eres una persona que has nacido con un defecto físico, quiero decirte que Dios te ama como a todos, pero a ti te separó para que Él pueda obrar en tu vida. Esa es una maravillosa noticia.

¿Eso significa que Dios te va a dar la vista, el oído, las piernas, los brazos, o algo que nunca tuviste si eres obediente? La buena noticia es NO siempre. Él dice que quiere OBRAR EN TU VIDA, no que te va a dar lo que no tuviste cuando naciste.

Para darte una ilustración, te voy contar dos historias muy distintas de cómo la obediencia es vital para que Dios pueda obrar en la vida de las personas con defectos físicos.

Sé de un hombre que vive en Bogotá, que nació con piernas, pero que nunca pudo caminar. Este hombre se postró, se encerró y maldijo a Dios por haberlo hecho así. Su vida está llena de amargura. Reniega de todo. Sé que en varias ocasiones se le ha presentado el evangelio, y del amor que Dios tiene para él, y las cosas grandes que podría hacer en su vida. Lo dramático de esto, es que él lo rechazó.

En cambio, otro hombre, de nombre Nick Vujicic, que nació sin brazos y sin piernas, hoy en día es un hombre feliz, a pesar de su defecto físico. Él no sabe lo que es abrazar a la gente que ama, ni caminar agarrado de la mano de su esposa; pero, a pesar de eso es feliz, porque Dios ha obrado y sigue obrando en su vida, porque él fue obediente al aceptar a Jesús como su Salvador cuando se le presentó el evangelio. Actualmente él es predicador y conferencista de la Palabra de Dios, y lo sirve; y esto por la mejor decisión que tomó en su vida: Abrirle su corazón a Dios.

Volviendo a la respuesta que Jesús les da a sus discípulos del por qué ese hombre había nacido ciego: “…esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.” Juan 9:3. ¡Que mayor evidencia pueda haber si no es el servir a Dios a pesar de haber nacido con un defecto físico!

En conclusión: El que alguien nazca con un defecto físico, no es porque Dios se complace o no se dio cuenta que esa persona nacería así. Dios lo permite porque desea obrar en la vida de esa persona; pero, como Dios es amor y no obliga, dependerá de la persona si le abre su corazón y le obedece.
“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.”  Romanos 8:28