Las Biblias
NVI, así como en la NTV, han colocado una línea al empezar y terminar el pasaje
de la mujer adúltera; y al pie de la página anotan que este pasaje no aparece
en los manuscritos más antiguos, y estos son:
El papiro 66,
del año 200 d.C.
El papiro 75,
del año 200 d.C.
El códice
Vaticano, del año 300 d.C.
El códice
Sinaítico, del año 330-350 d.C.
El códice
Alejandrino, del año 400 d.C.
El código
Washingtoniano, del año 390-410 d.C.
El primer
documento que se conoce y que aparece el pasaje en cuestión está en la Vulgata
latina, que fue prácticamente la primera Biblia elaborada por Jerónimo en el
año 400 d.C. Algunos manuscritos posteriores a esa fecha tienen el pasaje de la
mujer adúltera, y el más antiguo de éstos está en el códice Beza, escrito
aproximadamente en los primeros años del siglo V. También hay otros posteriores
donde aparece este pasaje, pero en lugares diferentes como al final del
evangelio de Juan, después de Juan 7:36, otro después de 7:44, e incluso hay un
manuscrito que este pasaje lo coloca en Lucas después del 21:38.
Por otro
lado, la mayoría de los eruditos coinciden que este pasaje nunca perteneció al
evangelio de Juan, no solo porque no aparece en los manuscritos más antiguos, o
porque los manuscritos posteriores lo colocan en lugares diferentes; sino
porque el estilo y el vocablo que se utiliza en ese pasaje, no es como Juan
escribía. Además, si uno lee los versículos anteriores del 7:52 y pasa
directamente al 8:12, la lectura fluye con normalidad.
Si la Biblia
Reina Valera o su similar la King James no hacen ninguna mención sobre el
pasaje de la mujer adútera, es porque están basadas en el Textus Receptus
(texto recibido), el cual fue el trabajo de Desiderio Erasmo, conocido como
“Erasmo de Rotterdam”, quien fue persuadido por un impresor suizo llamado
Froben, para preparar una edición del Nuevo Testamento en griego. Erasmo se
valió de varios manuscritos que no sabemos su procedencia y de la Vulgata
latina; es decir, tradujo del latín al griego, lo cual no fue correcto. El año
de la primera publicación fue en 1516.
En el año de
1831, un grupo de eruditos dirigido por Charles Lachmann, empezaron a
reemplazar el Textus Receptus, con manuscritos más antiguos que fueron
descubiertos DESPUÉS del Textus
Receptus, por lo que es más confiable, siendo además el trabajo de un grupo de
eruditos y no de un solo hombre. A ese trabajo se le llamó el “Texto crítico”.
Estos trabajos en equipos han continuado en el tiempo, y hoy podemos tener, un
Nuevo Testamento totalmente confiable, en las versiones de la NVI o NTV.
Nuestra
iglesia no solo emplea esas dos versiones, sino todas las versiones
disponibles, para que cuando se predique o se enseñe se use la versión que más
se aproxime a lo que en su original en
griego quiere decir.
Todo
creyente no debe amar ninguna versión en particular. Lo que el creyente debe
amar es la Palabra de Dios.
Con
respecto al pasaje de la mujer adúltera, me encantaría decir que este pasaje
perteneció a Juan, pero me temo que no, por todas las evidencias expuestas. Sin
embargo, si algo nos da consuelo es lo que escribió Juan al final del
evangelio, sabiendo Dios que este impase íbamos a tener: “Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada
una de ellas, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo entero.” Juan 21:25
(NVI)
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ResponderEliminarLamentablemente demasiados dirigentes, eruditos, pastores y maestros evángelicos han sucumbido ante la falacia de que el texto original de los autógrafos es el único inspirado por Dios. Tal dogma carece de sustento bíblico.
ResponderEliminarAl menos dos de los evangelios (Marcos y Lucas) nos vienen de la tradición oral. Y puede afirmarse que también los capítulos 1 y 2 de Mateo. Además tenemos la propia declaración de Juan colocada en este post (Jn. 21:25). Y pues como mismo Marcos, Lucas y demás tomaron de la tradición oral para redactar sus evangelios, pues otras muchas perícopas o anécdotas de la vida de Jesús continuaros siendo narradas durante decenios e incluso siglos, y es de esperar que en algún momento los copitas decidieran escribir algunas de ellas en los evangelios ya existentes.
Con qué argumentos podemos negar que Dios no se ha ocupado de preservar su Palabra, ya sea escrita, ya sea oralmente (al margen de los consabidos errores humanos, intencionales o no)?.
Qué tanto nos molesta admitir que los autógrafos del NT hayan sido modificados a lo largo del tiempo sin menoscabo a la inspiración divina?. Acaso el AT no sufrió múltiples ediciones en el transcurso de los siglos hasta quedar fijado su texto en el interludio intertestamentario, y sin embargo lo seguimos considerando Palabra de Dios?